jueves, 2 de septiembre de 2010

La canción de Kevin

De tarde en el subte, saliendo de un barrio careta, para sumergirme en otro barrio también careta. Última estación o primera estación según de donde vengas. Poca gente, todos sentados nadie se habla. Sube Kevin, apenas diez años, flaquito ligeramente abrigado, para nada tímido. Con la bravura de una legión romana dice que nos va a cantar una canción. Todos incrédulos, expectantes ante el inminente show. "Voy a cantarles Color Esperanza de Diego Torres" (internamente dije "uhh, que garrón"), y empezó.

¿Cantaba? No, ¿Gritaba? Si, agudo, muy. Caminó de una punta a otra del vagón. Se cantó el coro y lo terminó con un "uoooo...". Inmediatamente cayó el aplauso, inmediatamente casi piantaron las lágrimas. Buscó sus monedas, con la suerte de un billete. Juntó para el fiambre y pidió un aplauso, nadie se lo negó: "¡Uno nomás dije!", gritó. La gente anonadada mirándose las caras, el pibito sonrió, se bajó cargadito en la siguiente estación.

No mendigó, no robó. Se desnudó en su pobreza para darnos la lección del día. Nos engalanó con sus ganas de vivir, con su valentía y coraje para enfrentar este aspero mundo con una canción. Su esperanza nos llenó el alma por unas pocas monedas. Kevin, diez años, todo un hombre.