jueves, 16 de abril de 2009

Mi gente

Te acordás cuando pensabas dejar todo? juntar tus cosas, irte de tu casa, agarrarlx de la mano y salir a vivir la vida. Que recuerdos locos, que vida tan loca, que poesía más aburrida. Estoy en la altura de mi vida en que me doy cuenta de que podemos cambiar las cosas, pero que sin embargo, hay gente que no va a cambiar nunca. Como mis tristes vicios, como mis pocas virtudes.
Si pienso en alimentar mis ansias y deseos, atento contra la más fina naturalidad de las cosas. Contra lo esencial de mi entorno, de la gente que tanto amo. Y si fuera esa gente la que me cambia, sería un agradecido. Supongo que amar cambia las cosas de un modo vertiginoso, claro está si uno se deja llevar y da rienda suelta a los sentidos.
Por cierto, estos días huelen mas a frituras que a un jardín de rosas, o que a un baño recien roseado con desodorante de ambiente, preferentemente lavanda. Decir que el encierro es productivo, es mentir. Lo mismo pasa cuando intento concentrar el intelecto. No se puede, ni aún en el angustioso encierro.
Dale, segui creyendo que las cosas estan bien, que nada va a cambiar. Mis ideales se afirman con cada letra que escribo, con cada oración que termino, con cada párrafo que (espero) leas. Somos productores de cambio, del cambio que se viene, de algo horizontal que nos va a unir en solidaridad y nos va a dejar ser un poco más humanos. Ese es el juego eterno, como eterno son los cambios al tiempo, incondicionalmente, siempre están.
Y de la enfermedad antaña del amor, dicen que siempre hace daño y que no tiene solución. Hay que saber manejarlo, hay que buscarle una salida, pero no para que se vaya, sino para que se quede. El amor dicen trae felicidad, dejenme decirles que lo que primero trae felicidad es la voluntad de ser feliz. Sin ella no hay con que darle, nunca va a llegar. Querer ser feliz suena una utopía universal de las personas en todos los tiempos, pero la utopía enseña un camino que no tiene mapas, por ende uno suele perderse en la nada.
Jean Paul Sartre decía que el amor quita libertad o algo asi, mientras uno mas ama, mas lo dominan. Siento que no me puedo dejar dominar, es inconcebible para la mayor parte de mi ser. Entonces como hago? no tengo que amar? quizás deba encontrar el punto de equilibrio. No sé, supongo que mi reina todavía no apareció.
En fin, podemos decir que la vida cansa, pero es bueno vivirla, con las tragedias y las alegrias. Extraño esos teres con amigos, esas salidas con amigas, esas empanadas de queso y el fernet. Extraño lo humano, el calor del día y de mi gente.

3 comentarios:

Romi dijo...

...una vez más debo admitir lo hermoso que escribis....
es verdad hay días que se extraña tantas cosas, tantos miedos... y aparecen tantas preguntas.. que uno se pierde... por eso creo que no hay que dar tregua ak olvido y volver a esos lugares donde se amo la vida...

que sigas bien
un beso!

Unknown dijo...

te vas a reir o vas a pensar "esta mina es obsesiva" pero me acuerdo la primera vez que te vi, de este modo vale aclarar, amigos de existen miles, pero te escuche una vez, en un aula de tu colegio, haciendo unos ejercicios de literatura que eran mas para pasar el rato a mi criterio, pero dije: mira que ocurrente, y ahora 3 años mas tarde te sigo leyendo, no se si sera relevante, pero yo tambien queria comentar. que buena onda, muy buena onda. Caro

Anónimo dijo...

primo en verdad no sabia que escribias tan lindo!!te felicito son muy interesantes tus producciones!besos tkm