domingo, 4 de septiembre de 2011

Cabeza de bola (catarsis)


Helado.  Inmóvil  en el conteo de esto que desafía a la razón.  Frío, mucho frío, como el que sentía aquellas mañanas donde todo era calor. Un poco de desesperación y una catarsis que  pronto encontrará final.

¿Cómo extrañar, si parezco no haber conocido? Conocí mi ilusión y me corrió el espanto. La cobardía no tuvo lugar, y como soldado no abandoné mi rifle hasta que una bala en el corazón ordenó  que lo suelte. Qué balazo, caí tirado en pleno vuelo desde lo más alto.

Como de levantarse se trata, me paré desorientado. Mi norte es cuestión sobre cuestión y el drama es el amigo común.  No hay derrota en lo que fue victoria, pero hay desconsuelo en los sin por qué.

Los cimientos están y la voluntad también. Mil historias se recrean y cada amanecer es una nueva aventura. El desafío es crecer, el deber es construir. Sin más, otra catarsis (y más) que encontró final.

1 comentario:

Anónimo dijo...

increíble