domingo, 3 de mayo de 2009

El le dijo...

Se caía a pedazos, no podía creer, vivió dolor, murió el alivio, y resucitó . No se detuvo y caminó, era allí donde debía ir, era ese destello, esa onírica luz, la sonrisa que le contagió la alegría, las ganas de estar, las ganas de seguir. La encontró y no paró, ella lo abrazó y lo curó, lo sanó con encanto, le devolvió la sangre, el nuevo sentir. El le dijo gracias. Muchas Gracias...

2 comentarios:

romi dijo...

que bueno es encontrar ese punto exacto en el mundo para vovler a ser uno mismo... para volver a creer y volver a sonreir... a veces encontramos esos encantos en lso lugares donde menos lo pensamos...quizàs el secreto este en no pensar jeje...

besotes compa!!!
bye bye

Anónimo dijo...

chaaa te hace pensar esto heee jajaja
te adoro amigooo me encanta lo que escribis
el re sobe locoooooo
veroca